La Federación de Asociaciones de Vecinos de Palma, con apoyo de las asociaciones de los barrios, ha conseguido parar la ampliación de un local de juego situado frente al parque de Ses Veles, esquina con la calle Joan Alcover. La Comisión de Urbanismo ha devuelto al expediente al Govern Balear. Hasta aquí todos contentos, pero la realidad es más compleja.
La normativa del Govern Balear, si bien establece una moratoria por la que no se pueden abrir nuevos locales sin que antes se cierre alguno de los existentes, se ha “olvidado” de limitar también las ampliaciones de estos locales, una forma de extender esta actividad, con todas las consecuencias que supone.
La legislación autonómica tampoco ha estado muy fina a la hora de marcar distancias entre las casas de juego y su distancia de espacios como parques y colegios, permitiendo que se sitúen a 100 metros, una separación más que escasa, sobre todo para adolescentes. Tampoco estamos satisfechos sobre el control y las revisiones que se hacen para asegurar que cumplen con la normativa y no exceden sus actividades y competencias.
Aunque la pandemia y las medidas restrictivas han aliviado mucho la situación, en Son Rapinya tenemos la experiencia de todos los problemas que nos ha acarreado uno de estos locales, abierto 24 horas, como punto de atracción nocturno de personas con un comportamiento más que problemático. De poco sirve que el local baje la persiana si los clientes se quedan en la calle dando voces o saliendo a fumar. Todo eso se suma a la promoción de la ludopatía.
Las casas de apuestas suponen un ingreso importante de impuestos para el Govern Balear, pero eso no puede ser la justificación para una actividad que genera problemas de salud con grandes sufrimientos para el entorno de las personas afectadas. Además, es la misma administración la que luego ha de hacer frente a los gastos que generan el tratamiento de las adicciones y otras secuelas de la ludopatía, así que ni todo es beneficio ni el beneficio justifica la expansión constante de estas actividades que, en cierto modo, vienen a completar el efecto destructivo de otras drogas. Por tanto, nos sumamos a la demanda de las asociaciones vecinales que, lideradas por la Federación de Asociaciones de Vecinos, exigimos una reforma de la normativa vigente en materia de juego, tanto de ámbito estatal como autonómico, que sea más restrictiva y protectora con las personas vulnerables, especialmente jóvenes y afectados por la ludopatía, que asegure controles de esta actividad, que no permita aperturas de 24 horas y que tenga en cuenta los problemas que crea en los barrios.